Vehículos Kilómetro Cero

Los Vehiculos Kilómetro Cero son los automóviles que un determinado concesionario se automatricula, es decir, se lo vende a sí mismo, normalmente con el fin de conseguir alcanzar determinados objetivos de ventas y poder acceder a incentivos o rappels por volumen. No hay que olvidar que actualmente el margen de venta de un vehículo -la comisión- para un concesionario, por regla general y salvo determinadas marcas y modelos como es el caso de los encuadrados en el segmento Premium, es muy reducido, pero si cumplen determinados objetivos de ventas, la Marca da una comisión extra al concesionario que en muchos casos aumenta considerablemente la rentabilidad obtenida a lo largo del año.

Los vehículos que se automatricula el concesionario como Kilómetro Cero suelen tener una serie de ventajas que la propia Marca aplica a este tipo de vehículos, ya que en muchos casos le ayuda a liberar stock, obtener cuota, o presencia en el mercado, y por supuesto ayuda al concesionario a que le «salgan los números». De esta forma el concesionario prefiere sacrificar la venta de un vehículo nuevo por la venta de un vehículo «usado» entre comillas. Este automóvil es completamente nuevo, no ha rodado, de ahí su nombre de Kilómetro Cero, pero tiene una matrícula, es decir, el contador del tiempo ya está pasando por el, y, queramos o no, si lo compramos a los seis meses de la matriculación, estaremos comprando un vehículo con ese tiempo, algo que en ese momento no nos importa, puesto que está completamente nuevo, pero es un tiempo que ha pasado por él y que sí influirá a la hora de venderlo posteriormente. Lógicamente, el periodo de garantía también está en marcha, y habrá que restar los meses que hayan pasado desde la fecha de matriculación hasta el momento de la compra.

Otro factor a tener en cuenta es que en muchos casos las automatriculaciones de Kilómetro Cero se producen a finales de año, con el antes mencionado fin de alcanzar objetivos, de forma que por muy pocos días tenemos un coche con un año, ya que aunque un coche se matricule el 31 de diciembre de 2014, por ejemplo, si lo compramos el 1 de Enero de 2015, a la hora de venderlo la tasación corresponderá a un coche de 2014, es decir, tendrá una mayor depreciación.

En ocasiones las automatriculaciones también se producen por cambio de modelo, es decir, cuando un determinado automóvil va a sufrir un «restilyng» -cambio más o menos importante en su línea, prestaciones o equipamiento- o va a ser sustituido por otro, los vehículos que hay en stock, en existencia, tienen que ser «liquidados» antes de el nuevo modelo entre en escena, ya que en ese caso el potencial cliente preferirá siempre la versión más moderna que normalmente vendrá con importantes mejoras.

Otro caso en el que se producen las automatriculaciones es cuando se acaba la vida útil de un determinado modelo y cesa su producción, en ese caso hay que «quitarse el stock» lo más rápido posible, y la mejor manera es ofrecer como Kilómetro Cero.

Uno de los problemas que tienen los Kilómetro Cero es que perdemos la oportunidad de elegir y tenemos que conformarnos con el modelo que hay automatriculado, con las opciones que trae en lo referente a color, motorización y equipamiento, no obstante, y aunque ningún concesionario del mundo lo reconocerá, en muchas ocasiones se producen Kilómetros Cero «a la carta», ante la posibilidad de perder a un cliente se automatricula el vehículo escogido y en las condiciones que el cliente quiere, no hay que olvidar, que una venta, siempre es una venta, y más en estos tiempos que corren.

Sin duda el vehículo Kilómetro Cero es la mejor opción que podemos encontrar a la hora de disfrutar de nuestro nuevo vehículo, con descuentos que pueden oscilar entre los 500 y los 3.000 euros dependiendo del modelo.

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