Expedición Bolivia Brasil 2003
El Club 4×4 Santa Cruz de Bolivia, organizador del TATT Mitsubishi Bolivia 2003, también fue el encargado de la expedición anual denominada «Por los caminos del Mundo». Esta vez estos intrépidos aventureros decidieron conocer a fondo el famoso Pantanal Boliviano y Brasileño, un lugar paradisíaco de exuberante vegetación y muy rico en fauna silvestre.
Fueron varias semanas de preparativos para tener el mejor equipo posible tanto para los vehículos como para los participantes. Finalmente llegó el día de la salida y todos estaban preparados con los coches cargados hasta los topes, sin olvidar ningún detalle. Fueron ocho vehículos y dieciocho integrantes los que partían aquella noche rumbo a lo desconocido: a la aventura. El tramo por recorrer esa jornada llegaba hasta Concepción, y no paró de llover hasta la noche siguiente.
Concepción – Piso Firme La jornada empezó muy temprano. La lluvia era persistente y en los caminos mucha agua y pozas profundas que nos dieron la bienvenida a este paraíso que albergaba en sus montes espesos una fauna y flora exuberante digna de ser admirada por sus visitantes. Al poco rato empezaron los problemas. Fuimos encontrando en el camino una serie de árboles caídos que retrasaron nuestro avance. El último árbol era gigantesco y nos llevó dos horas de arduo trabajo con las hachas y los machetes. A partir de ahí fueron cerca de cuatro horas más de sufrimiento donde el camino no parecía acabar nunca y Piso Firme se hacía cada vez más distante. Pero, por fin, se logró alcanzar la meta.
Descanso en Piso Firme Una vez en Piso Firme, se decidió salir a las 5 de la madrugada, así que tuvimos un rato de descanso, no sin antes preparar los vehículos y el equipo esa misma noche con el fin de tenerlo todo listo para la hora de comienzo.
Piso Firme – San Ignacio El día empezó muy temprano y a las cinco y diez de la mañana estaba el último vehículo saliendo de Piso Firme. Nuestro primer tramo a Porvenir fue espectacular; nos encontramos con unos barrizales muy profundos provocados por la lluvia pasada. Después de algunas horas de viaje nos dimos cuenta que habíamos avanzado muchísimo y lo impresionante es que todavía no habíamos cortado ningún árbol. Así pasaron las horas: el paisaje maravilloso, el día espectacular y después de sólo 15 horas, llegamos a Santa Rosa, y de allí nos dirigimos hacia San Ignacio.
San Ignacio – Cáceres Temprano por la mañana, todos los vehículos se juntaron en la plaza para dar comienzo a un nuevo día de travesía. De vez en cuando uno que otro bache que hacía estremecer los amortiguadores. Seguimos viaje hasta las Petas donde el camino cambió por completo. Todo era puro barro y había unos huecos gigantes que empezaron a desarmar los vehículos. Por fin llegamos a San Matías, ya en tierras brasileñas. Sellamos los pasaportes, cambiamos unos dólares por reales y nos dirigimos hacia la frontera. Con poco trámite y muchas fotos cruzamos un puente y empezamos a circular por territorio brasileño. Después de varios kilómetros llegamos finalmente a Cáceres donde nos encontramos con un puente sobre el río Paraguay y una zona comercial.
Cáceres – Cuiaba El día empezó un poco más relajado. A eso de las nueve de la mañana estaban casi todos los vehículos en la aduana Brasileña empezando sus trámites. Cerca de dos horas más tarde ya la caravana se puso en marcha. El camino tenía bastantes colinas y curvas peligrosas. En cuatro horas y media llegamos a nuestro destino: Cuiaba. Fue grande nuestra sorpresa cuando empezamos a ver unos edificios gigantescos propios de una metrópolis y en total desacuerdo a lo que teníamos en mente.
Cuiaba – Chapada dos Guimaraes – Rondonopolis Empezó el día con un suculento desayuno seguido de una revisión a los vehículos para empezar el viaje, esta vez con dirección Sur rumbo a Rondonopolis. Pasamos por Chapada dos Guimaraes. Después se tomó una ruta alternativa que nos llevó de vuelta a la autopista hacia Rondonopolis sin haber desviado mucho el camino; además, pasamos por un carril sin asfaltar, que es nuestro preferido. Nos dio ánimo estar otra vez en medio del polvo, oliendo la tierra y escuchando las piedras en los guardabarros de nuestros vehículos. Fueron cerca de 70 kilómetros los que anduvimos por ese camino. Después de algunas horas de viaje y de soportar un calor infernal llegamos hasta Rondonopolis.
Rondonopolis – Campo Grande El día estuvo bastante entretenido, con los bonitos paisajes que nos rodeaban. Conducimos durante todo la jornada y ya cerca del anochecer llegamos a Campo Grande.
Campo Grande – Bonito Por la tarde empezamos viaje hacia Bonito. Después de muchos kilómetros, de innumerables anécdotas y aventuras (sólo del tipo mecánico) llegamos a Bonito que es un pequeño pueblo turístico con muchos lugares hermosos para ofrecer.
Descanso en Bonito A las 7 de la mañana llegó el guía turístico que nos llevaría a bucear por la mañana. El lugar era hermoso, con varias piscinas y cabañas de jatata donde permaneceríamos gran parte del día buceando y practicando rafting.
Bonito – Corumba Como ya era costumbre, la mañana empezó temprano. Todos nos encontramos en el restaurante del Hotel para desayunar. Empezamos el recorrido por un camino de tierra que nos ahorraría una vuelta enorme para llegar a la carretera principal hacia Corumba. Una vez entramos en el pueblo nos dimos cuenta que habíamos llegado al infierno, o por lo menos muy cerca, hacía 42 grados centígrados a la sombra y la humedad nos tenía completamente mojados. Esa tarde nos dedicamos a tramitar los papeles de salida para tenerlos listos al día siguiente y después nos fuimos al Gran Hotel Nacional para descansar.
Corumba – Robore A pesar de ser un día corto de viaje, resultó ser agotador. El calor ese día era sofocante y después del almuerzo, en la peor hora del día, empezamos el viaje a Robore. Sin embargo, un bonito espectáculo nos esperaba, al poder apreciar la hermosa laguna y el paisaje que nos rodeaba. Al comenzar la noche nos dirigimos a Robore, tramo en el cual no tuvimos problemas.
Robore – Santa Cruz A las 5 de la mañana nos despertaron en el hotel. Habíamos dormido unas cuantas horas pero ya estábamos deseosos de llegar a nuestros hogares. Fue un día largo pero bastante novedoso. Todos los vehículos estaban en perfectas condiciones salvo el Jimny que reventó un fusible del aire acondicionado. Por supuesto una moneda de 2 bolivianos solucionó el problema, ya que se pudo comprar y cambiar el fusible. El resto del viaje pasó muy rápido, y antes de anochecer llegamos a Santa Cruz. Un último abrazo en una gasolinera en la carretera a Cotoca y dimos por finalizada la gran aventura vivida por un grupo de dieciocho amigos que vencimos todas las dificultades que se nos cruzaron en el camino hasta llegar victoriosos y con el orgullo de haber completado la Expedición Bolivia Brasil 2003.
Reportaje: 4A PRESS