Sistema de tracción 4×4 I-ACTIV AWD de Mazda
Mazda ha mejorado su sistema de tracción total i-ACTIV AWD. La estabilidad en pistas y superficies resbaladizas con la presencia de hielo o nieve ahora se ve mejorada con una completa revisión del hardware y software para lograr un mayor rendimiento en estabilidad y maniobrabilidad con un consumo eficiente.
Este sistema, que se monta en los motores longitudinales de la marca como en el CX-60, CX-5 CX-30 o el compacto Mazda3, es un modo de tracción a las cuatro ruedas permanentemente activo basado en un embrague multidisco controlado electrónicamente. Una vez activado el modo off-road del vehículo, se controla por sí mismo de manera eficaz para garantizar una conducción más segura en situaciones de baja adherencia.
Su tecnología contrasta la información recibida a través de sus sensores activos, el sistema de control de torsión o la detección de alerta antideslizante para trabajar de manera coordinada y actuar rápidamente ante cada situación. Se tiene en cuenta por ejemplo la información que se obtiene del acelerador, el ángulo de dirección, la presión del líquido de frenos, la velocidad a la que se mueve el vehículo y la velocidad de cada rueda para para ajustar continuamente la cantidad de par que se debe enviar a las ruedas. De este modo se evita que los neumáticos patinen en ninguna dirección.
En el caso del sistema híbrido PHEV de Mazda, la tracción total funciona en coordinación con el frenado regenerativo para optimizar la regeneración de energía en las ruedas delanteras y traseras. El objetivo es recuperar más energía de las cuatro ruedas durante la desaceleración.
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