Vista frontal del Mazda CX60 AWD.

Póker de ases para el Mazda CX-60 con altas prestaciones, potencia, tracción a las cuatro ruedas y bajo consumo con etiqueta ECO

Mazda da un golpe en la mesa con su SUV CX-60 que, con el estilo característico y la calidad de la marca nipona, planta cara a sus rivales SUV del segmento D con un vehículo de alta fiabilidad, bajos consumos y menor precio fabricado además en Japón, con la garantía que ello supone.

Este CX-60 destaca por su diseño exterior, que sigue la elegante línea Kodo de diseño de Mazda, por su cuidado interior y habitabilidad y por un maletero de gran volumen (570 litros), que lo convierten en la herramienta perfecta para viajes largos (o cortos) sin dejar de lado la aventura, gracias a las dos versiones que incorporan tracción total.

La gama del Mazda CX-60 está formada actualmente por tres versiones con potencias entre los 200 y 327 CV, todas ellas en combinación con una transmisión automática de 8 velocidades sin convertidor de par. Las más potentes montan el sistema de tracción total i-Activ AWD de Mazda con asistente de tracción todoterreno y control de tracción, que le otorga buenos comportamientos fuera del asfalto y una capacidad de tiro de 2.500 kilos.

El híbrido enchufable se convierte en el primero de esta características de la marca, y está basado en un motor de gasolina 2.5 litros de cuatro cilindros e inyección directa y una batería de 17 kWh que generan una brutal potencia conjunta de 327 CV. Es el vehículo de Mazda fabricado en serie con más potencia hasta la fecha, logrando unas aceleraciones de cero a cien en tan solo 5,8 segundos. La autonomía de su batería es de 63 kilómetros, con el vehículo circulando por debajo de los 100 km/h. Viene equipado con tracción total.

Mazda sigue apostando fuerte por el diésel con sistema de hibridización ligera de 48 V, una opción que no todas las marcas reivindican, pero que se convierte en la solución perfecta para quienes busquen unos consumos significativamente bajos con un vehículo de grandes dimensiones como el CX-60.

La versión diésel más básica es el e-Skyactiv X de 200 CV, que está formada por un motor de 6 cilindros en línea y 3.0 litros, estudiado para trabajar con una mezcla de combustible muy pobre gracias a su doble árbol de levas en la culata y distribución variable. El resultado es un reducido consumo de unos 5,0 litros, más propios de un utilitario híbrido urbano que de un gran volumen de mas de cuatro metros y medio de longitud. Esta variante equipa únicamente tracción trasera.

El diésel más potente de los dos está basada en el mismo motor de seis cilindros, pero algo más dimensionado. Sus 3.3 litros de cubicaje eleva la potencia a 254 CV, e incorpora el sistema de tracción integral i-Activ AWD de Mazda. Partiendo de la tracción trasera, se puede activar el modo Off-Road de su selector de modos de conducción para circular sobre superficies de baja adherencia, o bien disfrutar de la conducción deportiva de su modo Sport y poner a prueba su alta aceleración de cero a cien en tan solo 7,4 segundos. El modo normal ofrece el equilibrio, siendo la más adecuada en los trayectos sobre asfalto. Acredita un consumo de tan solo 5,2 litros a los cien kms.

Este Mazda CX-60, como buen premium se que precie, incorpora multitud de sistemas de seguridad activa y pasiva, portón trasero eléctrico, sistema de audio Bose o climatizador personalizable, y una terminación de sus acabados que destilan calidad y comodidad en cada punto.

Vista lateral del Mazda CX60 AWD.
Vista lateral del Mazda CX60 AWD.

Saber más sobre el sistema de tracción 4×4 I-ACTIV AWD de Mazda.

Saber más sobre el selector Mi-DRIVE con modo Off-Road en el Mazda CX-60.

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