Nuevo Honda CR-V 1.6, mejorando el producto
Todavía recuerdo la presentación que Honda realizó en Sevilla de su modelo Honda CR-V, y nos tenemos que remontar a finales de la década de los 90, y por lo tanto ya ha llovido bastante. Bajo las siglas CR-V, Vehículo Compacto Recreacional, se escondía uno de los primeros SUV. o todocaminos, con la nada fácil tarea de arrancar cuota de mercado a los todopoderosos vehículos 4×4 de la época. Este nuevo segmento que comenzaba a tomar forma, y que en esos momentos tan criticado era por los aficionados más radicales al mundo off-road, terminaría por imponerse, al aportar más «sensatez» a los vehículos que tienen como único objetivo desplazarse por carretera, y, en contadas ocasiones, hacer una pequeña salida por alguna pista o carril y poco más.
El Honda CR-V de primera generación con su motor de gasolina de dos litros pasó a la historia como un vehículo amplio, cómodo, fácil de maniobrar en ciudad, y sobre todo fiable, algo a lo que nos tienen acostumbrados los fabricantes japoneses. Con el paso del tiempo el CR-V fue creciendo en tamaño y prestaciones, intentando abrirse hueco que si bien cuando nació era residual, hoy en día es un filón que los fabricantes están aprovechando hasta las últimas consecuencias, por supuesto nos referimos al de los crossovers, todocaminos o SUV´s, como queramos llamarlo.
Para poder seguir «viva» en este segmento tan competido, Honda necesitaba una basa diferenciadora, algo que inclinase la balanza hacia su producto para hacer que los potenciales consumidores de este producto se inclinasen por su oferta, y parece que lo han conseguido, y curiosamente lo han conseguido en algo que no es el fuerte de los japoneses, en la motorización diésel, con la incorporación de uno de los mejores propulsores de cuantos actualmente se fabrican, el 1.6 i-DTEC, un motor que responde bien en cualquier situación, tiene un consumo muy ajustado, bajo nivel de sonido y pocas emisiones, sin duda una gran carta de presentación para el CR-V de cuarta generación
Este motor fue presentado en 2013 en el Civic como una verdadera revolución para la Marca, consciente de que tenía que entrar de lleno en el segmento diésel si quería tener una buena cuota de ventas en el mercado europeo, y, por supuesto, en el español donde un elevado número de clientes se decide por los motores diésel, y más en este tipo de vehículo.
Este motor, junto al 2.2 litros i-DTEC, se fabrica en la planta de Honda en Reino Unido y está considerado como el motor diésel más ligero de su clase. En el Honda CR-V se encuentra acoplado a una caja de cambios manual de seis velocidades, con un par máximo de 300 Nm.
Al contrario de lo que ocurrió con la primera generación, el nuevo Honda CR-V 1.6 diésel no dispone de tracción 4×4, sino que la fuerza va únicamente al tren delantero. Como ventajas, a la hora de salirnos del asfalto tan sólo contamos con una mayor altura libre al suelo, algo que en condiciones normales es más que suficiente a la hora de circular por pistas y carriles.
En lo relativo a la suspensión, el Honda CR-V dispone del esquema clásico, McPherson en el tren delantero y multibrazo en el tren posterior, con lo que se consigue una buena estabilidad y confort en orden de marcha.
El habitáculo es amplio y cómodo, con un alto grado de equipamiento y muy poca rumorosidad en orden de marcha. Hay que destacar la amplitud del maletero, algo muy de agradecer en un vehículo de estas características enfocado al ocio y tiempo libre.
En resumidas cuentas nos encontramos con un vehículo multifunción, con el que podemos desenvolvernos con soltura en ciudad, o bien realizar sin ningún tipo de problema un viaje con toda comodidad. Sus principales argumentos son el propulsor, un muy buen acabado y un alto nivel de equipamiento. El vehículo no dispone de tracción a las cuatro ruedas, de forma que si bien podemos realizar alguna salida al campo por pistas y carriles, no podremos enfrentarnos a condiciones más difíciles.