Ejemplo extremo de 4x4 evolucionando por roderas de barro

Conducción 4×4 en Barro Profundo

El barro profundo suele ir acompañado de profundas zanjas, producidas por la acción del agua, o por roderas, debidas al paso de maquinaria agrícola, camiones y todoterrenos.

El gran problema que presenta el barro profundo a la hora de circular por él es que nos quedemos «empanzados», es decir, que sean tan profundas las zanjas o roderas que una o varias ruedas de nuestro vehículo queden en el aire y los bajos apoyados sobre el terreno, es especial las partes más cercanas al suelo, como es el caso de los grupos, la caja de cambio o las transmisiones.

Lógicamente, cuando el barro profundo va acompañado de agua, aumentan las dificultades, y en cualquier caso estaremos especialmente atentos a la presencia de piedras o ramas ocultas, que una vez más pueden poner en serio peligro la integridad mecánica de nuestro vehículo.

La forma de superar el barro profundo es en velocidades cortas, con reductora si la tenemos, y evitando en la medida de lo posible meter las ruedas en las zanjas o roderas, para reducir en la medida de lo posible el riesgo de quedar «empanzados» como hemos comentado anteriormente.

En ocasiones nos veremos obligados a circular con las ruedas de un lateral dentro de la rodera, y las otras fuera, en la parte superior, éste caso es especialmente delicado, ya que todo el peso del 4×4 se apoya en el mismo lado, y si aumenta la profundidad de la zanja podemos llegar a volcar el vehículo.

Si en nuestro avance observamos que se acumula mucho barro delante de nuestro vehículo, o las ruedas comienzan a patinar, o a girar en el aire y perdemos tracción, retrocederemos unos metros y cogeremos inercia, buscando un nuevo camino con el que podamos evitar la rodada profunda.

Es aconsejable ir girando el volante de un lado a otro, dando suaves «toques de gas», con el fin de que las ruedas vayan «mordiendo el terreno», y buscando el camino más adecuado para ir avanzando lentamente.

Lógicamente en estos casos lo ideal es disponer en nuestro 4×4 de la mayor altura posible, así como de ruedas de tacos prominentes.

Algunos elementos, como las defensas, los ganchos de remolque o los estribos laterales, juegan en contra nuestra, ya que facilitan que el barro se acumule y apelmace en estas zonas y nos frenen en el avance.

Por supuesto, si son varios los vehículos que tienen que superar el obstáculo, sólo uno atacará la zona , y los demás esperarán en la zona más dura y favorable hasta que el de delante haya superando el barrizal, de forma que si alguno queda atascado, podrá ser rescatado.

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