Jeep_Wrangler_Magneto_3_

Te contamos las ventajas e inconventientes del sistema de tracción 4×4 que presentan los nuevos todoterrenos eléctricos que poco a poco se van abriendo camino en el sector del todoterreno

El modo de funcionamiento de un sistema AWD o 4×4  de un vehículo eléctrico cuenta con la particularidad de que en lugar de un único motor térmico gasolina o diésel el que mueve las cuatro ruedas, son uno por cada rueda o por cada eje los que actúan sobre ellas de forma independiente para repartir la tracción necesaria a cada una, en base a la que esté patinando o perdiendo tracción en ese momento. Mediante sistemas de control electrónico que monitorean las condiciones de conducción, se logra un reparto inmediato y preciso del par.

Estos coches eléctricos con 4×4 cuentan como ventaja precisamente un ajuste preciso de la tracción gracias al monitoreo de sus sensores a lo que se une una mayor capacidad de respuesta.

Algunos de estos vehículos pueden gestionar el reparto a cada rueda de modo independiente, pudiendo girar, acelerar o frenar cada una en base a la capacidad de agarre o dificultad.

Al no contar con motor de combustión, un todoterreno eléctrico no tiene elementos como el escape, lo que le hace ganar en cotas para superar obstáculos de mayor altura, o vadear ríos sin miedo porque no afectará al funcionamiento del motor, aunque eso sí, todos sabemos que la electrónica y el agua no suelen llevarse bien.

Estos todoterrenos cuentan también con un bajo centro de gravedad dada la posición de las baterías, que se sitúan generalmente en los bajos.  Un centro de gravedad bajo le otorga un comportamiento más estable y menor tendencia a los vuelcos.

Otra de las posibles ventajas es que la batería se carga mientras se realizan descensos y frenadas durante el recorrido. El modo de carga también puede ser ajustable, por lo que se puede aplicar la retención más elevada para añadir un poco de autonomía y que nos sirva de ayuda en la bajada de pendientes.

Rivian R1 T

Como todo, los todoterreno eléctricos también presentan sus desventajas.

El peso se convierte en el principal inconveniente, llegando algunos modelos a los 2.500 kilos. Esto les hace desenvolverse con gran dificultad en situaciones complejas, sobre todo en barro, que se convierte prácticamente para ellos en arenas movedizas.

El alto de nivel de tecnología que controla cada aspecto de su funcionamiento hace imposible modificar la mecánica a nuestro gusto, como se ha hecho toda la vida, con lo que hay que conformarse con el comportamiento del coche, guste o no.

Si con nuestros todoterrenos actualmente podemos llevar un bidón de combustible extra por seguridad, con los eléctricos de momento no existe esa posibilidad. Debemos contar únicamente con la batería que dispongamos y cruzar los dedos para que no nos quedemos tirados en medio del monte.

Y en el caso de que se pueda encontrar algún enchufe cerca, los tiempos de carga de momento son tan elevados que llevaría varias horas recargar lo necesario para volver a nuestro destino, por lo que la aventura puede llegar a convertirse en un desafío a nuestra paciencia.

Afortunada o desafortunadamente los coches eléctricos están ahí y parece que están llegando para quedarse, por lo que no descartemos que nosotros o nuestros hijos en un futuro relativamente cercano realicemos actividades todoterreno a bordo de un coche eléctrico ya sea puro, enchufable o con batería extendida. El tiempo lo dirá…

Ford F-150 Lightning

Publicaciones Similares