Mitsubishi Outlander PHEV 4x4 en nieve.

Sistema de tracción 4×4 Super-All Wheel Control (S-AWC) de Mitsubishi Motors

Mitsubishi aplicó por primera vez la tracción a las cuatro ruedas en un vehículo en el año 1934 con el lanzamiento del Mitsubishi PX-33 4WD, y desde entonces no han parado de evolucionar el sistema a través de pruebas en diversas condiciones climáticas, diferentes superficies y con la participación en competiciones como el Dakar o el World Rally Car, adaptándose a los nuevos tiempos y como no podía ser menos a la llegada de la electrificación.

Actualmente el sistema de tracción 4×4 de la marca japonesa se conoce como Super-All Wheel Control (S-AWC) de doble motor que es el que se aplica al Outlander PHEV.

Desarrollada a principios de la década del 2000 y perfeccionada durante muchos años gracias a la participación en el campeonato del mundo de rallies con el Lancer Evolution, la tecnología S-AWC se ha implementado en un gran número de vehículos de carretera de la marca desde 2007, comenzando por el Lancer Evolution X.

En 2013, la tecnología Super-All Wheel Control se introdujo en el sistema híbrido enchufable de Mitsubishi Motors de la mano de la primera generación del Outlander PHEV empleando un esquema de doble motor eléctrico, uno en cada eje, para generar esa tracción 4×4.

El S-AWC tiene como objetivo gestionar la entrega de par motor y la fuerza de frenado en las cuatro ruedas del vehículo de forma independiente para una óptima tracción integral, mejorando el manejo y la estabilidad.

El S-AWC configura la tracción de las cuatro ruedas en función de los modos de conducción seleccionados por el conductor:

  • Normal: este modo equilibra el rendimiento de conducción con la eficiencia de combustible
    para una variedad de entornos de carretera y estilos de conducción.
  • Asfalto: pensado para caminos pavimentados secos, este modo es ideal para una respuesta
    de aceleración rápida y para tomar curvas en carreteras montañosas y otras carreteras
    sinuosas.
  • Grava: proporciona un rendimiento de tracción potente y una alta estabilidad en grava y
    otros caminos no pavimentados y mojados.
  • Nieve: suministra un control adecuado en carreteras nevadas y resbaladizas para minimizar
    los deslizamientos.
  • Barro: ofrece un mejor manejo al optimizar la relación de deslizamiento de los neumáticos
    según la velocidad del vehículo en caminos embarrados o con nieve profunda.

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