Nissan Patrol Top Line subiendo rampa.

Conducción 4×4 Técnica de Subida o Ascenso de Rampas

A la hora de atacar una rampa o subida en pendiente hay que recordar que éstas se abordarán siempre de frente, evitando en lo posible trayectorias en las que encuentren obstáculos como piedras, zanjas o ramas que puedan producir pérdidas de tracción o golpearnos los bajos del vehículo.

Una vez reconocido el terreno, tanto el desarrollo de la rampa como lo que hay al final de la misma, ya que es muy posible que no tenga salida, o haya algún desnivel peligroso que no veamos desde abajo, insertaremos la velocidad adecuada, casi siempre la segunda en reductora, y comenzamos a subir.

Si la elección de la relación de cambio ha sido acertada el vehículo culminará la subida sin problemas, mientras que si por el contrario ha sido errónea nos podremos encontrar en dos situaciones que tendrán un mismo fin.

La primera es que la relación elegida haya sido demasiado larga, entonces el vehículo se quedará sin fuerza y se calará.

La segunda sucederá si por el contrario la relación elegida se ha quedado corta, con lo que el vehículo perderá parte la inercia para llegar hasta el final de la rampa quedándose detenido con las ruedas girando y sin agarre a media pendiente. Entonces, y para solventar esta incómoda situación, se deberá calar el motor del 4×4 pisando el pedal de freno (sin pisar el pedal de embrague).

Ahora, y con el vehículo detenido, las dos situaciones de las que hablábamos anteriormente tienen la misma solución.

Una vez calado el vehículo lo sujetaremos pisando fuertemente el freno. Acto seguido accionaremos el embrague e insertaremos la marcha atrás, soltando después el pedal de embrague.

Para comprobar que la marcha atrás está perfectamente engranada dejamos de hacer fuerza sobre el pedal de freno. El vehículo se moverá unos centímetros hacia atrás y se quedará suieto. Ahora, sin pisar el pedal de embrague, accionamos el arranque con la llave de contacto. El 4×4 comenzará a bajar hacia atrás con la retención del motor, lo cual nos confiere la lentitud apropiada para bajar sin brusquedades, además de poder ir corrigiendo la trazada con el volante.

Una vez hayamos completado el descenso volveremos a atacar la subida con una relación de cambio más adecuada.

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