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Historia del mítico Jeep Willys, el indestructible todoterreno creado para el ejército americano que dio origen al auténtico 4×4

Nos remontamos a la segunda guerra mundial para conocer el origen del ya octogenario Jeep Willys, el legendario y clásico 4×4 por excelencia que se transformó de transporte militar a vehículo comercial de gran éxito gracias a sus altas capacidades offroad y versatilidad.

El ejército americano requería un modo de transporte fiable y para ello se propuso crear un vehículo “General Purpose”, es decir, para cualquier propósito. Fruto de ello nació el Willys MA y MB, un vehículo muy parco, con su ya característica calandra, faros integrados y capó plano. Ofrecía cinco plazas y parabrisas abatible, no montaba puertas ni techo lo que le hacía ligero, y contaba con alta capacidad todoterreno gracias a su potente tracción integral. Montaba un motor de 2.197 cm³ de cuatro cilindros que rendía 60 CV y que llamaba la atención por su fiabilidad. 

El resultado fue todo un éxito. Su robustez, simplicidad y alta resistencia aun en condiciones extremas consiguieron que se adaptara a cualquier circunstancia, desde la arena del desierto de África hasta la nieve del territorio ruso, cruzando por el barro más fangoso.

Su capacidad era tal que fue utilizado tanto por los oficiales como por las tropas en infinidad de variantes, desde vehículo de mando a ambulancia, pasando por remolque de piezas de artillería, soporte de lanzacohetes o hasta vehículo de bomberos a bordo de portaaviones. Además fue empleado como fuente de iluminación o agua caliente y hasta como hornillo para cocinar.

Fue considerado como una de las armas decisivas de la victoria de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial e incluso los rusos realizaron su réplica fabricando la versión rusa del Willys, el también conocido GAZ-46.

Cuando la guerra llegó a su fin, en 1945, el Willys no dejó la oportunidad de seguir ofreciendo su gran versatilidad y se convirtió en vehículo civil pasando a denominarse Jeep CJ-2 que, siendo casi igual de espartano que la versión militar, sí contaba con techo de tela o espacio de carga trasero. De hecho, elementos tan básicos como el limpiaparabrisas, las luces traseras o el espejo lateral se consideraban como extras.

Con el paso de los años fue completando su equipamiento y comodidad y gracias a estas incorporaciones fue valorado por el gran público norteamericano a lo largo de cuatro décadas alcanzando un millón y medio de unidades vendidas de las distintas generaciones hasta el final de su vida en 1986.

El Jeep Willys dio lugar al Jeep Wrangler, que heredó en gran medida su espíritu salvaje y la versatilidad de su antecesor. 

Pero esa ya, es otra historia…

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