Preparación off-road del Suzuki Vitara 1.9 Diésel de Santana Motor para participar en la prueba Warn Challenge 1996
En 1996 y cuando Santana Motor era una de las principales industrias automovilísticas en nuestro país surgió el proyecto de preparar un equipo de competición off-road con el recién estrenado Suzuki Vitara con motorización diésel como protagonista y bajo la supervisión tanto del departamento de prototipos de la empresa que por aquellos entonces estaba afincada en Linares como de los integrantes del Club Al Andalus 4×4, Julio García Llama y Jesús Berrio Sánchez-Pacheco, que disponían de una amplia experiencia en la organización de rutas y viajes por Marruecos.
El objetivo marcado era, aprovechando la acertada relación peso / potencia del Suzuki Vitara, conseguir un vehículo efectivo y fiable en la conducción off-road más extrema con una preparación simple y asequible que respetase la configuración original, ya que el fin último era demostrar las grandes posibilidades que ofrecía la nueva generación diésel del Vitara.
El propulsor era un 1.9 diésel de origen PSA (Peugeot / Citroën) de inyección directa que ofrecía 68 CV de potencia acoplado a una caja de cambios de cinco velocidades con reductora. No presentaba un alarde de potencia pero sí una gran fiabilidad y un bajo consumo que le permitía afrontar largas etapas sin tener que repostar.
En el apartado de suspensiones los técnicos de Santana Motor recurrieron a la instalación en los dos ejes los muelles traseros del Suzuki Vitara de cinco puertas, que son más reforzados, con los amortiguadores originales de gas.
Las ruedas de serie eran sustituidas por unas Firestone SAT 6,50×16, mucho más especializadas en campo, con llantas en 16 pulgadas del Jeep Comando.
En lo referente al grupo trasero, y según el vehículo, se incorporaba un autoblocante, que por aquellos entonces Suzuki lo ofrecía como opción, o se equipaba un segundo freno de mano de manera que el conductor podía frenar de manera independiente la rueda que perdiese motricidad.
Con el fin de mejorar las cotas todoterreno, y evitar que las ruedas, al ser más altas rozasen con los pasos de ruedas, se elevaba la carrocería con la incorporación de tacos de teflón.
En el interior se eliminaba tanto la moqueta como todos los elementos que no fuesen imprescindibles con el fin de aligerar peso.
La preparación se completaba con un GPS Garmin, una emisora de 27 Mhz ubicada en el arco central y fácilmente accesible tanto por el piloto como por el copiloto, un winch Warn con una capacidad de arrastre de 3.600 kg, un gato hi-lift o gato del desierto, una toma de aire elevada, para evitar la entrada de agua en los vadeos y para coger aire más limpio de polvo en la parte superior del vehículo, y varias eslingas de diferentes tamaños.
En total, a la prueba Warn Challenge que tuvo lugar en 1996 se desplazaron cinco vehículos, cuatro de ellos de competición, y uno de asistencia.
El equipo Al Andalus Team I, formado por Julio García Llama y Jesús Berrio Sánchez-Pacheco (Suzuki Vitara Negro) y Miguel Siles y Curro García Cano (Suzuki Vitara Rojo), consiguió la primera posición, mientras que el equipo Al Andalus Team II, formado por José Luis Martín García, Fernando Sauces, Juan Muñoz y Paco Muñoz, quedó en octavo puesto.
Estos vehículos, que participaron en un buen número de actividades off-road y que consiguieron la victoria en la edición 96 de la Warn Challege, serían posteriormente puestos a prueba en el desierto de Marruecos a lo largo de varias jornadas, sirviendo de entrenamiento al equipo andaluz Al Andalus como paso previo a su participación en el Rally Dakar y del cual se publicarían varios reportajes en Revista Local 4×4.
Más información en el artículo «Suzuki Vitara 1.9D Equipo Al Andalus» publicado en el número 19 de Revista Local 4×4 en mayo de 1996.
