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Active Driveline

El sistema Active Driveline, disponible en algunos modelos de la gama Land Rover, está basado en una tecnología de transmisión bajo demanda y puede alternar de forma inteligente entre la tracción a las dos y a las cuatro ruedas según las condiciones, combinando los beneficios de ahorro en combustible que aporta la primera con la capacidad todoterreno de la segunda. Además, el sistema Active Driveline también aumenta la agilidad sobre el asfalto.

La tracción a las cuatro ruedas está conectada de forma permanente para proporcionar elevadas reservas de tracción arrancando desde parado, pero un embrague desconecta por completo los componentes mecánicos de la tracción total, el árbol de transmisión, los ejes de transmisión posteriores y el diferencial posterior y los embragues cuando la velocidad se mantiene estable por encima de los 35 km/h. De este modo se reducen considerablemente las pérdidas por fricción y, por consiguiente, el consumo de combustible y las emisiones de CO2. En el caso de que el sistema detecte que las ruedas pierden tracción o que se está empleando un estilo de conducción más dinámico, vuelve a conectar la tracción a las cuatro ruedas en menos de 350 milisegundos.

Dos embragues controlados electrónicamente, situados a cada lado del diferencial posterior, distribuyen el par a la rueda con mayor agarre cuando sea necesario. Esto mejora la agilidad en carretera, pero en condiciones muy deslizantes se puede bloquear por completo el reparto de par en el eje posterior para conseguir la máxima tracción.

La transición desde el modo de tracción a dos ruedas a las cuatro ruedas del sistema Active Driveline no necesita ninguna acción especial, pero los conductores pueden controlar su funcionamiento a través de una pantalla especial 4×4 en la pantalla táctil de 8”.

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